miércoles, 23 de marzo de 2011

El proyecto de las 1000 grullas

Y en este último post que queríamos poneros hoy vamos a ponernos un poquito más serios. Todos hemos oído en las noticias, ya sea por la tele, por la radio, en internet, en los periódicos,... lo que sucedió el viernes 11 de marzo en Japón y lo que ha venido sucediendo en días posteriores. Mucho se ha escrito y mucho se a dicho al respecto con más o menos tino. En mi opinión la mayoría de los medios de comunicación no han sido muy objetivos y han buscado no sólo la noticia, sino también el morbo de la situación, hablando de hecatombes y apocalipsis, desastres nucleares,... pero para bien o para mal de eso ya se ha hablado, y mucho, así que desde aquí no queremos entrar más en ello, ya hay gente mucho mejor que nosotros para hablar de todo eso y aclarar la situación real que se vive en Japón. 

Nosotros lo que queremos es centrarnos en la esperanza. Esa esperanza que millones de personas aún conserva. Esa esperanza que otros tantos quieren trasmitir a los que en estos días la han perdido por todos los acontecimientos vividos. Lo que queremos resaltar es esa unión, ese apoyo que se ha conseguido en todo el mundo para ayudar en lo posible a Japón y a sus ciudadanos. Hay veces que hasta el más simple gesto, en situaciones como esta, es el más grande de los apoyos. Es por eso que desde aquí, y como un primer pequeño paso, queremos hablaros de una iniciativa que conocimos hace algunos días. Se trata del proyecto de las 1000 grullas. Como quizás algunos sabréis en Japón existe la tradición/creencia que aquel que haga 1000 grullas de papel podrá pedir un deseo y este se cumplirá. La historia más conocida es la de Sadako Sasaki (Información extraida de Wikipedia):

<<Sadako Sasaki (佐々木 禎子 Sasaki Sadako, 7 de enero de 1943 – 25 de octubre de 1955) fue una joven que vivió cerca del puente Misasa en Hiroshima (Japón). El 6 de agosto de 1945 sólo tenía dos años cuando Estados Unidos hizo estallar dos bombas atómicas sobre la población civil. En el momento de la explosión estaba en su casa, que se encontraba a 1,5 km de la zona cero de la deflagración. Nueve años después, Sadako era una niña fuerte, atlética y con mucha energía. Mientras corría una carrera, empezó a sentirse mal y cayó al suelo. Le fue diagnosticada leucemia, conocida como «enfermedad de la bomba A».
Su mejor amiga, Chizuko Hamamoto, le recordó una vieja tradición sobre alguien que realizó mil grullas en forma de figuras de papel (origami) y gracias a ello los dioses le concedieron un deseo. Con sus propias manos, Chizuko le regaló la primera grulla que realizó en papel dorado y le dijo: «Aquí tienes tu primera grulla». Sadako tenía la esperanza de que los dioses le concedieran el deseo de volver a correr de nuevo. Al poco tiempo de empezar su tarea conoció a un niño que le quedaba muy poco tiempo de vida por la misma causa, la leucemia, le animó a que hiciera lo mismo que ella con las grullas pero el niño respondió: «Sé que moriré esta noche».
Sadako pensó que no sería justo pedir la curación sólo para ella, y pidió que el esfuerzo que iba a hacer sirviera para traer la paz y la curación a todas las víctimas del mundo.
Con el papel de los botes medicinales y otros que iba encontrando llegó a completar 644 grullas de papel. El avance de la enfermedad impidió que acabase de realizar la tarea, muriendo el 25 de octubre de 1955 (a los 12 años de edad) tras 14 meses de ingreso en el hospital. Sus compañeros de escuela, después de su fallecimiento, llegaron a completar el número, aportando las grullas que faltaron por hacer hasta 1.000.
Los compañeros de escuela y amistades pensaron dedicarle un monumento donde se representaría a Sadako sosteniendo una grulla dorada en su mano, también dedicada a todos los niños que murieron a causa de las dos bombas atómicas.
Y por fin, en el Parque de la Paz de Hiroshima fue construida la estatua dedicada a Sadako en 1958, en la base está escrito «Este es nuestro grito, esta es nuestra plegaria: paz en el mundo». La historia fue tan impactante que trascendió los límites de Japón, convirtiéndose en un referente mundial de los movimientos pacifistas>> 

Pues bien, una japonesa afincada en Madrid y llamada Makiko, y no, no es la Makiko que muchos de nosotros conocemos aunque por ella también va todo esto, ya que con ella han estado nuestros corazones y nuestras mentes todos esos días a la espera de noticias hasta por fin saber que su familia se encontraba bien aún viviendo en la zona de Sendai, la más afectada por el terremoto y el posterior tsunami. Aprovechamos para enviarle desde aquí un fuerte saludo y un abrazo así como nuestros mejores deseos. 

Pero seguimos a lo que íbamos. La otra Makiko inició un blog en el que explicaba la historia de las mil grullas, incluyendo un vídeo explicativo de como hacerlas, y pedía a la gente que le hiciera llegar una foto con su grulla, para así juntar las 1000 necesarias y hacer llegar este mensaje de esperanza y apoyo a Japón. No es dinero, no es ayuda directa, pero a veces también es necesario el apoyo moral y la esperanza al igual que dinero o las manos que levantarán de nuevo ese Japón ahora tocado. Aprovechamos también para reconocer desde aquí ese gran esfuerzo que los diferentes equipos de salvamento y rescate así como los operarios que se mantienen en la central de Fukushima intentando controlar la situación están haciendo para paliar en lo posible todo lo sucedido e intentar recuperar la "normalidad" lo antes posible.

Es por todo ello que cuando me enteré del proyecto no dudé en colaborar con una pequeña grulla de papel a título personal. Pero no ha sido hasta hoy, que he visto a nuestros amigos de Aikido-Rocafort unirse a este proyecto tal y como explican en su blog, que no he pensado en hacer una aportación en nombre de todos los Txingurrinos. Así que esta misma tarde me he puesto a ello y esta es la grulla con la que nuestra pequeña gran familia colabora con este pequeño gran proyecto.


Algunos quizás piensen que no es gran cosa. Puede ser. Pero cuando algo se hace de corazón y con el convencimiento de que sí puede servir para algo... entonces por pequeño que sea puede significar mucho. Y de lo que no cabe duda es de que, por todo lo que nos une con Japón y con su gente, su cultura y su historia, esta pequeña grulla de papel lleva con ella todo el alma, el espíritu, la fuerza y la esperanza que los Txingurrinos ponemos en que Japón pueda recuperarse y volver a sonreir. 

Sin más por hoy nos despedimos de vosotros.

Muchos ánimos Japón!!

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